Galaxy S5, Lumia
930 y 630, HTC One M8, iPhone 6... En las últimas semanas hemos hablado mucho de
los dispositivos que llegarán al mercado próximamente y, en consecuencia, de
sus sistemas operativos: Android, iOS y Windows Phone (por orden
alfabético y de cuota de mercado). Sin duda, conoces el tuyo, pero ¿qué hay del resto?
Los tres ecosistemas
tienen muchas cosas en común, pero en realidad hay más aspectos
diferenciadores. De hecho, dentro del más extendido, Android, también hay
muchas diferencias en función de la versión o incluso del fabricante. Y como
cada vez están más presentes en nuestras vidas, conviene conocerlos.
Android
Android es la plataforma más extendida en el mercado. Según
datos de Kantar, el sistema operativo de Google obtuvo una cuota de mercado del
79% en los tres últimos meses de 2013. Eso sí, también es el más
fragmentado, por dos motivos.
Por un lado encontramos la fragmentación
propia de Android. Hay varias versiones y
la más común, Jelly Bean, tan solo supone el 61,4% del total (y, aun así, está
dividida en varias versiones). Esto es un problema para los
desarrolladores y, en consecuencia, para los usuarios, ya que es posible que no
puedan descargar aplicaciones por no ser compatibles con su versión de Android.
El segundo motivo es la fragmentación fruto
de los fabricantes. En este caso no repercute directamente en los usuarios, ya
que la 'capa' que introducen en sus teléfonos no afecta al sistema operativo en
sí, aunque sí supone esperas cada vez que Google actualiza Android, pues hay
que esperar a que cada compañía lance su propia actualización. A nivel práctico
esto supone que un móvil de Samsung y uno de Sony, por ejemplo, tendrán una
interfaz algo diferente a pesar de usar la misma versión de Android.
Éste es uno de los grandes problemas del
sistema operativo móvil de Google. Otro de ellos es la seguridad, aunque la empresa trata de
solucionarlo. En general, se notan los esfuerzos y es difícil que aplicaciones
peligrosas a Google Play, pero conviene fijarse bien que apps estamos bajando.
La tienda deapps, por cierto,
es el tercer problema, aunque solo si se compara con la de iOS, pues no hay
tantísimos programas y juegos de calidad, perola oferta no deja de ser abrumadora. Hace unos
años la diferencia era notable, pero hoy no es tan evidente.
A cambio, ofrece muchísimas opciones de
personalización mediante widgets, accesos
directos a contactos, lanzadores y todo tipo de aplicaciones. A nivel de
hardware, es donde hay más oferta de gama baja, media y alta tanto en
teléfonos como en tabletas.
iOS
iOS es el sistema operativo de Apple y, a
diferencia de Android y Windows Phone, es cerrado. Es decir, tan solo sus productos pueden
utilizarlo y, salvo sorpresa mayúscula, esto no cambiará nunca. Apple quiere
que la experiencia sea tal y como la ideó y esto solo puede conseguirlo si
controla tanto el software como el hardware.
Se trata del sistema más cerrado, así que la
personalización tan solo llega hasta donde la firma de Cupertino quiere.
Y en este momento es poco más que tono de llamada, fondo de pantalla y la
colocación de los iconos de las aplicaciones. iOS 7 supuso el mayor lavado de
cara del sistema hasta el momento, aunque pronto llegarán novedades, ya que la
empresas celebrará su conferencia de desarrolladores, WWDC, entre el 2 y el 6
de junio próximo.
Sus puntos fuertes son su
tienda de aplicaciones (la
más segura y completa, aunque es fácil encontrar aplicaciones de pago que en
Android son gratuitas) y la experiencia, que es fluída en todos los
dispositivos. Para bien o para mal, no hay gama baja.
Actualmente el catálogo
está compuesto de iPhone 5s, iPhone 5c y iPhone 4s (tan solo el modelo de 8 GB,
que cuesta 550 dólares) como teléfonos inteligentes, iPad mini, iPad mini
Retina, iPad Retina y iPad Air como tabletas.
Windows Phone
El último en llegar no lo tuvo fácil, pero en
los últimos meses se ha impuesto a iOS en algunos mercados(únicamente
en ventas trimestrales, ya que Apple tiene una base de usuarios muy superior).
Su principal característica es que se trata de
un sistema muy distinto a sus dos rivales. Además, no se limita a ser
diferente, sino que lo es con criterio. Ofrece algo
distinto, pero práctico. Su interfaz se basa en baldosas (tiles) dinámicas que ofrecen información desde la
misma pantalla de inicio y cuyo tamaño se puede ajustar.
Prácticamente todo se puede convertir en baldosa: una
aplicación, un contacto, una lista de reproducción... La última versión,
Windows Phone 8.1, incide en este punto y, de paso, incluye un asistente de voz(Cortana) que por el momento solo
estará disponible en Estados Unidos.
El problema es que llegó
muy tarde y esto
hace que sea muy complicado atraer desarrolladores. No faltan apenas
aplicaciones de grandes compañías, pero los juegos y el resto de programas
tardan en aterrizar en su tienda, si es que llegan. Microsoft está tirando de
cartera para solucionarlo, pero no es fácil. Si finalmente Windows 8 se hace un
hueco, será un as en la manga, ya que es muy fácil convertir aplicaciones para
que sean compatibles con sus dos plataformas.
En cuanto a catálogo de fabricantes, la
situación es una mezcla de lo visto en sus dos rivales. El sistema está
abierto, así que en teoría cualquier firma puede lanzar teléfonos con Windows
Phone. Sin embargo, en la práctica tan solo hay un fabricante: Nokia.
Samsung y HTC se animaron, pero a pequeña escala y, desde luego, que Microsoft
comprase la compañía finlandesa no ayudó a
atraer empresas. En cualquier caso, la gama Lumia ofrece un rendimiento
excelente y fluido en cualquier gama (brilla especialmente en la baja, aunque
más por demérito de Android) y con varias opciones de tamaño y precio.